Hola mi querido Patroclo:
Estoy deseando que vengas ya a traerme las armas, porque sin ellas no podré vencer en mis batallas. Quiero que las traigas bien limpitas y brillantitas.
No puedo engañarte, estoy deseando verte mi hombretón. Me da igual ganar o no, ya todos conocen mi historia y saben que terminaré muriendo por este maldito talón. Digo yo, que mi madre podría haberme metido por el pelo en ese maravilloso río, y con rapármelo asuntillo resuelto. Además, sé que a ti te gusta mucho que no tenga pelo porque así soy más varón.
Bueno, dejémenos de tonterías y vayamos al lío. Vete dando prisita mi corazón. Estoy deseandito de coger esas carnes morenas y ponerte mirando para Troya. Que si hace falta te cedo yo el caballo de madera que tanto me ha hecho ganar. ¿Tú te crees que voy a estar yo tanto tiempo sin ....?
Bueno corazón, me tengo que ir a combatir con el pirado de Héctor.
Un beso muy grande. Te quiero bombón.
Tu querido Aquiles.
María Donaire Castillo
¡Cómo ha cambiado la historia! Me gusta que te hayas metido en un personaje. Ánimo, María
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