Francesco Petrarca, Cancionero, tres sonetos
Traducciones en verso castellano de Ángel Crespo
Soneto LXI
Benditos sean el año, el mes, el día,
la estación, la hora, el tiempo y el instante,
y el país y el lugar en que delante
de los ojos que me atan me veía;
y el dulce afán primero que sentía
cuando me ataba Amor, y aquel tirante
arco, y sus flechas, y, en mi pecho amante,
las profundas heridas que me abría.
Bendito sea el incesante acento
que llamando a mi dama he difundido,
y el llanto y el deseo y el lamento,
y bendito el papel con que he solido
ganarle fama y, ay, mi pensamiento,
que parte en él tan sólo ella ha tenido.
Soneto CCXX
¿Dónde halló Amor el oro, y en qué vena,
de esas dos trenzas rubias? ¿y en qué espinas
cogió las rosas, y esas matutinas
escarchas, que de sangre y vida llena1?
¿dónde las perlas en que forma y frena
las honestas palabras peregrinas?
¿en dónde esas bellezas tan divinas
de su frente que el cielo más serena?
¿De qué ángeles procede, de qué esfera
el celestial cantar que me está hundiendo
tanto que a poco más seré deshecho?
¿De qué cielo esa luz tan altanera
de los ojos que, paz y guerra siendo,
con hielo y fuego afligen a mi pecho?
1 Los tintes blancos de la piel de Laura.
Soneto CCCLXIII
Muerte ha extinguido al sol que me ofuscaba
y en tinieblas sus ojos ha dejado1;
olmo es, y roble, el lauro marchitado2,
tierra quien me ardía y me enfriaba:
que es bueno sé, mas mi dolor no acaba.
Falta quien haga tímido y osado
mi pensamiento, y frío y caldeado:
quien de esperanza y duelo me colmaba.
Lejos de aquel que igual hiere que cura 3,
y que en mi pecho abrió tan honda herida,
mi libertad es gozo y amargura,
y vuelvo con el alma agradecida
al que gobierna la celeste altura,
ya muy cansado, y harto de la vida.
1 Los ojos de Laura.
2 Frente al lauro-Laura, que es la gloria poética, el olmo y el roble representan el cambio de propósitos y pensamientos de Petrarca.
3 Amor.
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